faltaban brazos en mi noche
el llanto ahogaba,
el sueño no acudía a
salvarme
y yo volví a ti
la muerte,
una mano negra en mi hombro
que yo no supe estrechar
y volví a ti
porque el sueño no acudió a salvarme
porque yo temía
volví a ti
El mejor lugar donde cobijarse Mar.
ResponderEliminarUn abrazo
San, un abrazo muy fuerte. Gracias por leerme.
EliminarVolver... donde se está seguro y se halla cobijo, es a veces la mejor opción.
ResponderEliminarUn beso:
Gaby*
Tú crees, Gaby? Aunque sólo sea por miedo? abrazo
EliminarHola Mar, te he dejado un premio en mi blog. Tal vez no te interese este tipo de actividades pero igual te lo mereces. Besos
ResponderEliminarVaya!!!! Muchísimas gracias. Me hace muchísima ilusión!!!!! Y ese : "igual te lo mereces". ¡Uf! Viene muy bien a mi autoestima. Gracias. Cómo hago para llegar a tu blog? Cómo se llama? Un abrazo!
ResponderEliminarEl miedo, esa sombra más común que la propia muerte. Dicen que es necesario para sobrevivir, yo prefiero la imaginación, los brazos, todo lo que tan bien describes.
ResponderEliminarUn abrazo
Un abrazo Isabel y gracias.
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